Ester Muñoz, Javier Alfonso Cendón y el complot autonomista

Complot que no es de hoy, pronto se cumplirá medio siglo del tácito contubernio preautonómico. Del que surgiría el autonómico-estatutario, con parches y arreglos sobre la marcha, de ambas manos, amarrando en deficiente articulado a los leoneses despistados. Quienes, embebidos en lo tradicional propio, y puede que sin pretenderlo, o ladinamente aconsejados, pasaron de tolerar a votar a quienes actuando como enemigos de todo lo nuestro –¡Colaboracionistas nefastos!– surgían tanto del PP como del PSOE de acá y de acullá.
Para el ignominioso amarre tuvieron que modularse intereses compartidos aunque fueran con distintas versiones según que mano. Lo cierto es que resultó firme el acuerdo, surgiendo primero una correa tipo ronzal, humillante. Mas, para la consolidación de tal coyuntura, hay versiones que citan “intereses ocultos”, industriales, geopolíticos… algo así como de puertas giratorias a futuro, precisamente para cuando lo que nos pertenecía como Región Leonesa estuviera ya ubicado lejos de nuestros lares. Pasando a ser León una colonia devastada.
Sin olvidar el componente humano, vamos a decirlo claro: aderezado todo con muy buenas dosis de idiocia en los dirigentes, así como en los dirigidos. Puede que ésta sea escasa razón, pero como añadido 'a mayores', ahí está.
¿Cuándo vamos a intentar descubrir el secreto –¡Romper el hechizo!– y empezar a vivir en libertad autonómica propia?
La galería de leoneses ejercientes en política, siempre fieles a la voz de su amo, nunca al lado del pueblo, ya va siendo muy larga. No estaría mal meterse en el empeño de, en connotación cronológica, rescatarlos del olvido, citarlos o citarlas, contando su nula aportación al bienestar leonés, que no deja de ser dolosa por el daño añadido. No es disculpable su fingida o anodina postura del 'aquí no pasa nada' entre redobles castellanizadores.
Cendón en horas bajas
Aunque en horas bajas para él, en la actualidad, aún sigue contando el PSOE con Cendón, en lo provincial. Nunca ha mostrado empatía con lo leonés, lleva el gentilicio por accidente, y siempre reforzando el nudo que nos ata al ente, e imponiéndoselo a aquellos que están provincialmente bajo su control. Ni hablar de leonesismo, ni hablar de leonesidad, buscando siempre el sometimiento ciudadano al invento castellanoleonés.
Ahora el medro en el puesto de relevancia partidista en Ferraz, el de un ochomesino de ocasión, se lo han roto los de arriba. La causa bien conocida: asunto Cerdán. Así pierde la oportunidad de dañarnos por partida doble. Está por ver si adopta la condición de fiera herida, algo muy complicado, o la de manso acompañado de fieles seguidores, donde surgirán recelos. Dice, en su afán de justificar su salida forzada de la ejecutiva federal, algo de cruce de caminos, y aquí viene la ‘bomba’: “Seguiré trabajando con la misma ilusión y entrega desde León…”. ¿Para quién? Le pregunto; porque trabajar para León, ni lo cita, ni es lo suyo.
Veremos a ver cuál es su papel, alicortado y corto de punch, en la convención federal anunciada para septiembre en León. Carlos Martínez su jefe autonómico, por arriba, y José Antonio alcalde legionense de la ciudad anfitriona, coparán espacios y él acentuará sus horas de bajón. Supongo que a partir de ¡ya! empezará a hacer exhibiciones partidistas, como un meritorio. En lo demás... ¡Cero zapatero! Y esto no es errata.
El ascenso de Ester Muñoz
En las filas del PP provincial leonés, mandaba Ester Muñoz. Aquí, sin más, podía colocar el mismo párrafo anterior de una negativa empatía leonesa. Hay quien asegura que se regodeaba con ello, y más aún gritarlo donde lo creyera conveniente, de ahí que sus superiores le hayan llevado a Génova, y como portavoz en el parlamento nacional para enciscar situaciones tendentes, no sólo a la denuncia, cometido del escaño, sino formando parte del 'y tú más' ya institucionalizado, o del ¡Váyase señor Sánchez! Lo suyo será atacar... ¡Y atacar!
Se puede entender como obligación del escaño la denuncia o la recriminación, pero a la portavocía llega por “su dureza verbal” y la clara intencionalidad impuesta de echar del poder al “corrupto PSOE”, olvidando el fango del propio PP, de no mucho atrás (de modo que, menos gritos milagritos), lo que deslegitima toda maniobra.
Mañueco fue un tiempo su empleador y su valedor; una leonesa que no amaba a los leoneses. ¡Cómo desperdiciarla! Junto a él estuvo, y en la provincia de León por interés autonómico, tenía ordenes de pacificar el cotarro PP. La oratoria, sin miramientos, la ha llevado a Madrid a lucirse en el Parlamento. Ahora formará parte del núcleo duro de Feijóo y sucederá lo que deba suceder, y nada más. No consiste en afear sin pudor a otro (partido), lo que el propio ha tenido. Se hace caso omiso de lo que interesa y se acusa en busca de beneficio.
Ambos políticos citados, que tienen escaño en el parlamento de la nación, con distinto rango, son voces negativas para lo leonés. Acérrimos al no a lo leonés, ignoro si en algún momento han sabido dónde nace el interés mutuo, PP-PSOE, de arruinarnos la vida a los leoneses con el sometimiento imperativo castellano. Llegando a negarnos el acceso a todo lo que la Constitución nos muestra como propicio, y escrito está.
Sin conciencia no hay ley que valga… ¡No nos cuenten milongas!