Presidente, ¡aguanta!

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

La cuestión es que tenemos un Gobierno que está malvendiendo el país a cachos, no es capaz de aprobar los presupuestos, y tiene que mantenerse en el poder por razones tan de interés común como mantener los sueldos de los miles de cargos, subsecretarios, miembros de comités y pesebristas varios que ha nombrado a dedo, o seguir robando directamente, dos años más, en las licitaciones públicas. ¿Quién puñetas va a dejar todo eso, pudiendo seguir dos años más?

Pero el caso es que si lo miras con frialdad, ¿qué pensamos que va a cambiar con una mudanza en la Moncloa? En lugar de unos mamones tendremos a otros, y no nos va a tocar ese décimo ni a ti ni a mí, querido lector. En lugar de un José Luis pondrán un Cayetano, y un lugar de una Irene poligonera pondrán a una Maria Isabel, con peinado del Opus, y a tomar por saco.

En lugar de una amnistía a los catalanes le darán una amnistía a los ladrones de agua, por decir algo, y si consiguen aprobar unos presupuestos será para poder crear más plazas de jardinero, más plazas de asesor y más plazas de chupatintas en alguna parte, que no será aquí, sino en Madrid, o asimilables.

Estamos ahora, como ciudadanos, en el mejor de, los mundos posibles. Tenemos un ejecutivo de izquierdas, lo que castra a los sindicatos y a los perroflautas que queman contenedores, y un legislativo de derechas, con amplia mayoría de PP, VOX, Junts y PNV, lo que impide que se desmadren con leyes contra la empresa, el burgués y el propietario.

Tenemos un Gobierno más preocupado de salvar y atornillar su culo que de hacer nada en absoluto, lo que siempre es una buena noticia. Y no es que me importe un carajo, ni medio, que llegue a gobernar la extrema derecha, sino que creo que lo primero que harían Feijoo y sus mariachis sería cobrarnos por las autopistas, cobrarnos por los medicamentos, impulsar una subida de la factura de la luz y hacer subir el precio de la gasolina. Y no por convicción, sino porque ese es su genoma: sacarle la pasta a la gente para llevarla a los bolsillos de sus amigotes. ¿O es que nos hemos olvidado de las ansias depredadores del vampiro Montoro y sus leyes fiscales de chuloplaya?

Por eso tengo que decir, a gritos si es preciso, ¡Aguanta, Pedro, aguanta!, que ya sé que estás rodeado de puteros, locas, mafiosos y chorizos, pero al menos, maniatado y en las últimas, no te vas a atrever a ponernos las banderillas que trae Feijoo en la mochila, ni se te va a ocurrir pagar lo que pide la OTAN, ni te vas a arriesgar a bajar las pensiones.

¡Aguanta, cabrón, que para eso te pagamos!

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